La CUEVA MÁGICA de los chupetes

Nov 01, 2016

¿Tu bebé ha crecido y siente que es el momento de dejar ir el chupete? ¿Quieres acompañarlo/a en esta nueva etapa de manera tranquila, respetuosa y fantástica?

En Aúpali nos ha gustado tanto la tradición escandinava del Árbol de los chupetes que hemos querido adaptarla a nuestra manera. Creemos que es un cambio de etapa muy importante que el niño o la niña deben vivir con autonomía y libertad, dejando su imaginación volar pero siendo conscientes del acto que van a hacer.

Los bebés y niñxs en edades tempranas no comprenden el abstractismo de se fue, desapareció y necesitan poner un lugar físico en su mente para poder entender ciertos procesos, necesitan el dónde.

Por eso en Aúpali, hemos querido ofrecer ese «Dónde» cediendo nuestro patio a todos los niños y niñas que deseen hacer su propio ritual , creando un minimundo de fantasía de duendes y de hadas.

La inauguración del «PATIO MÁGICO DE LOS CHUPETES» fue el día 11 de noviembre de 2016.

El espacio está abierto a todos los niños y niñas del mundo que cuando se sientan preparadxs quieran donar a las hadas su chupete que mantendremos colgado en el patio el tiempo que haga falta y más. Aúpali tendrá siempre a disposición cintas de colores y un buen rotulador.

Vaya por avanzado que nuestra iniciativa no se plantea ni de lejos para «tapar» el duelo de nuestrx hijx ni disfrazarlo con florituras, para eso está el acompañamiento de cada familia de vital importancia para los días posteriores, simplemente creemos que las despedidas saben mejor con un poco de fantasía.

 

Cuenta una vieja leyenda…

Que en un antiguo caserón del barrio de Sarrià había una puerta mágica escondida.
Durante siglos nadie se percató que una comunidad mágica de duendes y hadas vivía tras esa puerta, pero hace realativamente poco, Marta y Cristina entraron en la casa montando una pequeña tiendecita, un rincón para todas las famílias del mundo.

Ante tal cantidad de bebés y el tintineo de sus risas, las hadas despertaron y quisieron ver el espectáculo de cerca abriendo de nuevo el portal que se esconde detrás de la cueva del antiguo patio.

Las hadas y los duendes veían a aquellos bebés como crecían y crecían y aquello que algunos llevaban en su boquita se iba haciendo pequeño e inservible, llegaba un día que aquellos, ya no tan bebés, decidían y preferían seguir descubriendo el mundo sin la necesidad de los chupetes en sus bocas y éstos quedaban abandonados en cualquier rincón de sus habitaciones.

Las hadas y los duendes, como guardianes de la naturaleza no podían permitir tal despilfarro, y decidieron que por su pequeño tamaño, aquellos artilugios de tetina de caucho les podían servir para flotar en sus lagos, para construir cabañas incluso para cubrirse de la lluvia cuando las hojas escasean en invierno y es por esa razón que hicieron una enorme petición a todos esos niños y niñas:

Cuando sintáis que es el momento, vuestro momento, venid y os obsequiaremos con una cinta de seda del color que más os guste para colgar vuestro chupete en el rincón del patio que más os agrade, podréis escribir vuestro nombre y un deseo en dicha cinta y a cambio os ofreceremos magia para todos los días y todas las noches de vuestra vida.